He sido víctima de mi propia profesión. Durante cerca de 9 años abandoné mi página web. Atrás queda aquel posicionamiento mágico, el análisis de page rank y todas las obsesiones que acompañan a los que estamos bregando a diario con los buscadores en general y con Google en particular. Insistía tanto en la necesidad de hacer un mantenimiento Web a mis clientes que olvidé mantener la mía. Al fin y al cabo no la necesitaba para trabajar.
Las cosas han cambiado y años después he decidido dedicarme a lo que me gusta y hacer WordPress en exclusiva. Un día abro mi página web y me encuentro con malware, contenidos desaparecidos, hackeos, usuarios administradores rusos y por supuesto penalizaciones de google; desaparición del posicionamiento; page rank perdido.¡No pasa nada, un nuevo reto!
Lo primero fue limpiar toda la basura y asegurar el WordPress. Reinstalación, limpieza, plugins de seguridad… luego vino la recuperación de contenidos, buscar un buen template, personalizarlo y optimizar tanto la página como los contenidos para que los buscadores me vuelvan a tener en cuenta. Y así estamos, haciendo para nosotros lo que habitualmente hacemos para otros. A día de hoy no conozco a nadie que ofrezca servicios web que tenga una web a la altura de la que hace a sus clientes ¿a qué demonios se debe? sí: en casa del herrero cuchillo de palo.

Veamos que nos deparan los buscadores durante esta odisea.