Uno de los mayores miedos de empresarios que utilizan las redes para promocionar sus negocios es el de los comentarios negativos.
Lo cierto es que las críticas bien elaboradas son fundamentales para mejorar los servicios y la atención al cliente pero no dejan de ser un arma de doble filo en un mundo en el que la picaresca es un sistema cotidiano para lograr objetivos.
Hemos  leído historias sobre bloggers, instagramers, youtubers y usuarios de diferentes redes con muchos seguidores capaces de amenazar con comentarios negativos con la única finalidad de conseguir de forma gratuita ropa, comida y productos en general.
En cierta red de restaurantes bastante famosa aseguran tener una política muy estricta al respecto pero a la hora de la verdad tienes que demostrarlo como si estuvieras haciendo un programa de «Crímenes imperfectos» y precisas el sacrificio de tu primogénito; encontrar un huevo de dragón y 7 runas  mágicas.
En general la única opción funcional es contestar y contraatacar con argumentos porque si pretendes que el comentario desaparezca lo llevas claro. Por esta razón hay gente que prefiere sucumbir y evitarse dolores de cabeza «regalando» una cena a base de 7 chuletones de buey y una mariscada regada con un vino de 200€.
Desde mi punto de vista -y aun sabiendo que  no es agradable- soy partidaria de no acceder a los chantajes y combatirlos como venga. También es cierto que me divierte bastante buscar la respuesta adecuada y las pruebas necesarias para desacreditar al chantajista-blogger en serie.
Bien, la clave es el posicionamiento. Ver tu negocio asociado a críticas y titulares negativos no es práctico. No todo el mundo se puede enterar de la realidad y la progresión de esa crítica y más cuando existe una clara tendencia a quedarse con los titulares tendenciosos y pasar del verdadero contenido. Por eso soy una enferma de las páginas web optimizadas y el posicionamiento (Sí, vale, abandoné mi web y ahora estoy trabajando en recuperar «lo mío»). Con una web en condiciones puedes aprovechar para contrarrestar al chantajista y sobre todo para marcar distancias entre el contenido falso y la realidad. También tener unas redes sociales bien estructuradas y un «completo» de marketing online nos puede ser de mucha utilidad para esta guerra.
Si todo falla siempre puedes recurrir a un abogado pero tú eliges qué minuta prefieres pagar y qué utilidad temporal tiene cada una.
O quizá prefieras hacer como el chef que responde a todos sus clientes. Nunca haría semejante cosa pero en verdad, en verdad os digo que Tripadvisor (por ejemplo) puede sacar de quicio a la persona más calmada del mundo. Si yo os contara…